Hamburgo en un día

Hamburgo fue la última parada de nuestra ruta por diferentes ciudades alemanas. Tras haber visitado Colonia, Bonn, Münster y Bremen, la segunda ciudad más poblada de Alemania se antojaba como el punto más esperado del viaje. 

La ciudad sufrió muchos bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, cuya huella sigue visible en lugares como la Iglesia de San Nicolás, que fue prácticamente destruida en su totalidad durante la contienda.  A través de los años, Hamburgo resurgió hasta convertirse en una ciudad vibrante y versátil, con espacios tan distintos entre ellos que le confieren un encanto caótico muy curioso.

Pasear por sus calles implica tener la cámara a punto, ya que además de ser animada rezuma fotogenia y posee una gran cantidad de lugares interesantes que visitar. Nosotros le destinamos un día y medio antes de volver a Barcelona y éste es el resultado de nuestro tour por la ciudad. Hay muchos lugares que visitar en Hamburgo; ¿nos acompañáis en este tour fotográfico? 

Sankt Pauli   

Si algo teníamos claro era que al barrio de Sankt Pauli volveríamos cuando cayera la noche. El barrio rojo de Hamburgo es uno de los más famosos de Europa, célebre por su ambiente y por el paso iniciático de ciertos chavales de Liverpool, que dieron varios conciertos en la zona antes de hacerse mundialmente famosos. Precisamente, es muy fácil toparse con el homenaje a los Beatles –Beatles-Platz-, algo deslucido por su estampa diurna pero que resulta curioso de ver. 

Iglesia de San Miguel

A pesar de que nos encontrábamos a principios de julio, las temperaturas eran bastante bajas, lo que hizo que el paseo hasta la Iglesia de San Miguel fuera bastante agradable. 

Muy luminosa, esta iglesia -conocida por los alemanes como ‘Der Michel’- es de estilo barroco y alberga el reloj de campanario más grande de Alemania.  

Krameramtswohnungen 

Una parte de Hamburgo que no debéis perderos si visitáis la Iglesia de de San Miguel son sus inmediaciones. Casi escondido a la vista se encuentra Krameramtswohnungen, un callejón repleto de casas del siglo XVII, cuya arquitectura resulta casi un viaje en el tiempo. 

Iglesia de San Nicolás

Tras un rato caminando llegamos a la Iglesia de San Nicolás (St. Nikolai-Kirche), de estilo neogótico y reconvertida a monumento conmemorativo tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Resulta una visita muy interesante, ya que la iglesia está prácticamente en ruinas; en 1951 se demolió parte de la estructura que quedaba en pie y dieron comienzo los trabajos de restauración. 

Es posible visitar tanto la torre -el segundo edificio más alto de Hamburgo– como el museo conmemorativo y las catacumbas. Desde arriba de la torre -hay ascensor, no sufráis de antemano- se pueden contemplar unas hermosas vistas de la ciudad a 76 metros de altura. Nosotros, además, las vimos en compañía de unas fuertes rachas de viento que nos helaron el alma… os había comentado ya que era julio, ¿verdad?  

Ayuntamiento de Hamburgo

Tras la visita fuimos caminando hasta el Ayuntamiento de Hamburgo, un edificio que es posible visitar por dentro, aunque nosotros nos limitamos a contemplar su hermosa fachada. Eso sí, toda la Rathausplatz se encontraba en obras de cara a la preparación de alguna festividad, de modo que la visión quedó un tanto trastocada. 

Aquí, realizamos una pequeña parada técnica. Primero, para buscar algo ropa de abrigo aprovechando que nos encontrábamos en la calle comercial; estábamos empezando a pasarlo realmente mal con el frío y se nos ocurrió -muy acertadamente como comprobamos más tarde- que en la zona del puerto la sensación térmica sería aún peor. Antes de viajar, siempre echad un vistazo al pronóstico del tiempo, porque os podéis llevar sorpresas… Hamburgo está muy cerca del Mar del Norte, y aunque tanto frío era inusual para la época sí es cierto que las temperaturas son más frías que en otras áreas de Alemania.

Como era ya mediodía, también aprovechamos para comer algo. Elegimos un local algo al tuntún y acertamos de pleno. Estando en Hamburgo, no pudimos evitar la tentación de comernos una buena hamburguesa -y huir del poco imaginativo currywurst-, y la Better Burger Company cumplió perfectamente su función para que pudiéramos recargar energías a través de un delicioso tentempié a muy bien de precio. 

Lago Alster 

Nuestro plan era visitar el museo Kunsthalle después de comer, pero nos habíamos entretenido más de la cuenta y el museo cerraba a las 17h de la tarde. Como no nos queríamos perder la visita, la reprogramamos para la mañana siguiente y proseguimos con la ruta. 

El río Alster se divide en dos dando como resultado dos lagos artificiales conocidos como lago Alster. Esta zona resulta ideal para descansar y contemplar la fuente que brota justo en medio del lago, en la cual, según incida la luz del sol, puede vislumbrarse el efecto arco iris.  

Planten un Bloomen

Tras descansar un rato en los alrededores del Lago Alster, nos dirigimos hacia el Planten un Blomen, un parque con lago muy céntrico que constituye un agradable paseo por la naturaleza. El lugar también permite visitar un jardín botánico bastante grande que comprende varias zonas diferenciadas y que podéis ver tranquilamente si disponéis de más tiempo para visitar Hamburgo. 

Tras una visita superficial -¡aún nos quedaban unas cuantas cosas por ver!-, nos dirigimos hacia la zona de Speicherstadt tomando el metro…

Chilehaus

…o esa era nuestra intención, porque nada más salir del metro nos topamos de casualidad con una curiosa construcción. El Chilehaus es un edificio de oficinas situado justo en la entrada de la parte portuaria de Hamburgo y fue declarado nada más y nada menos que Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. 

Speicherstadt 

Ahora sí, llegamos a Speicherstadt, el barrio de aspecto industrial situado en el puerto de Hamburgo. Repleto de almacenes de ladrillo en remodelación y de canales sorteados por puentes, resulta una estampa icónica de la ciudad, además de un agradable paseo para aproximarse hasta el edificio de la Filarmónica de Elba. 

Mi mejor consejo es que os ‘perdáis’ un poco por esta zona, repleta de rincones interesantes que ver. Además, en las inmediaciones se encuentra la famosa calle Deichstrasse, con su hilera de característicos edificios de estilo neerlandés, donde es fácil tomar una hermosa fotografía por la noche. Nosotros hicimos un alto para descansar y tomar algo, y así dimos tiempo a que el sol cayera un poco para tomar mejores fotografías en la zona del puerto. 

Filarmónica de Elba

Tras recorrer buena parte de esta área, recreándonos en la visión de los puentes y de la luz menguante, llegamos hasta la Filarmónica de Elba (Elbphilharmonie). Este imponente edificio situado sobre el río Elba y de arquitectura tan característica es, sin duda, uno de los lugares imprescindibles de vuestra visita a Hamburgo. Desde luego, toparse con este edificio de líneas tan sofisticadas es una visión que contrasta e impacta bastante. 

El acceso es gratuito, de modo que podréis utilizar las escaleras mecánicas para llegar al mirador panorámico situado en la parte superior, desde donde podéis contemplar el puerto, especialmente bonito al atardecer. 

Sankt Pauli y Reeperbahn

A estas alturas del día -y del viaje en general- ya estábamos bastante cansados, de modo que tomamos el metro más cercano a la Filarmónica para acercarnos de nuevo a Rathausplatz. Tampoco os voy a engañar: era la excusa perfecta para recorrer una parte de la ciudad en el metro al descubierto. 

Allí, tomamos un autobús hasta Sankt Pauli, que justo empezaba a llenarse de gente. 

Era lo esperado, pero la estampa difería totalmente de la visión matutina, cuando los locales a duras penas disimulan su atmósfera decadente. A la escasa luz de la noche, rebosante de gente y plagado de neones, Sankt Pauli es una llamada ensordecedora a la fiesta, con establecimientos donde la música retumba, sex-shops gigantes y callejones estrechos abiertos a distintos placeres. La calle más importante es Reeperbahn, imprescindible para tomar algunas fotografías nocturnas que reflejan fielmente el espíritu desenfadado del lugar. 

Tras empaparnos de la zona terminamos comprando algo de comer en un Kentucky Fried Chicken cercano e iniciamos la vuelta a casa. El hecho de no conocer la zona hizo que nos sintiéramos algo inseguros al adentrarnos en la estación de metro: al fin y al cabo, éramos sólo un par de turistas algo exhaustos, merodeando por una estación de aspecto decadente y completamente vacía. La única persona con la que nos topamos antes de hallar el andén fue hombre en evidente estado de embriaguez, devolviendo hasta la primera papilla en el suelo de la estación. Y eso que apenas eran las once de la noche.  

Antes de volver al apartamento, pudimos contemplar la Estación Central de Hamburgo, una de las más importantes de Europa. 

Kunsthalle 

A la mañana siguiente, tuvimos el tiempo justo para realizar una última parada antes de regresar a casa: el Kunsthalle, el museo de arte de Hamburgo. Está situado junto a unas fotogénicas vías del tren, que no pude evitar fotografiar antes de adentrarnos en el museo. 

Podéis dedicar fácilmente un par de horas a recorrer las plantas del museo, repleto de obras de arte que abarcan unos ocho siglos de historia. Lo cierto es que nosotros, si disponemos de muy poco tiempo para visitar una ciudad, preferimos recorrer sus calles antes que entrar en un museo, ya que implica invertir un rato considerable para verlo como se merece. Aun así, recomiendo mucho la visita a Kunsthalle si visitáis Hamburgo; merece la pena reservarle hueco. 

Es posible que el principal motivo por el que queráis visitar el museo sea para contemplar el celebrísimo cuadro del romanticismo llamado ‘El caminante sobre el mar de nubes’, de Caspar David Friedrich. Esta hermosa pintura es uno de mis cuadros favoritos y me emocionó muchísimo poder verlo en directo; eso sí, el resto del museo no tiene desperdicio alguno.

Espero que hayáis disfrutado esta crónica fotográfica para viajar a Hamburgo. También podéis echar un vistazo a los posts anteriores sobre Alemania en los siguientes enlaces. 

Noemí Escribano

Comunicadora Audiovisual, lectora voraz y procrastinadora nata.

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