‘The Witcher’ – el regreso de Geralt de Rivia

La serie The Witcher ha sido uno de los estrenos más esperados de la plataforma Netflix durante el tramo final de 2019. Y es que, si bien nos encontramos ante la primera temporada de esta ficción, lo cierto es que Geralt de Rivia es un personaje conocido por muchos gracias a los videojuegos de CD Projekt y a sus orígenes literarios. The Witcher está basada en la saga de novelas escrita por Andrzej Sapkowski, pero la influencia de los videojuegos es más que evidente en la serie -hasta el punto que el actor Henry Cavill adaptó su acento para que se asemejara al doblaje de Doug Cockle-. 

A lo largo de este texto me dedicaré a explorar algunas de las principales diferencias existentes entre la serie y la obra literaria, principalmente con el primer volumen de la saga, El último deseo, aunque también algunas historias de La espada del destino. Mi intención no es otra que satisfacer la curiosidad de aquellos que quieran saber más sobre la obra original, así como las licencias que el guión se ha tomado a la hora de condensar la obra. Ya digo desde este momento que la adaptación de la novela ha tratado con mucho mimo los hechos acontecidos, adaptando y acotando con mucho respeto la obra de Sapkowski. 

Finalmente, dedicaré el último tramo del post a comentar los que, para mí, han sido los grandes fallos y aciertos de adaptación. Hablaré libremente de la primera temporada de la serie y de la novela El último deseo, de modo que hallaréis spoilers; omitiré, eso sí, cualquier dato que revele hechos aún no expuestos en la serie. ¡Empezamos!

El carnicero de Blaviken

Uno de los apodos más famosos de Geralt de Rivia -antes que Jaskier comenzara su exitosa campaña de marketing- es el de “el carnicero de Blaviken”. El primer capítulo de la serie The Witcher adapta la historia corta llamada “El mal menor”, que sirve perfectamente para retratar la naturaleza tosca y compasiva de Geralt, así como sus habilidades de combate. Entre las diferencias más importantes respecto al material literario se puede señalar la camaradería de Geralt con el alcalde de la ciudad (que aquí es sustituido por su hija). Geralt, originalmente, se hospeda en la casa de esta familia, lugar donde Renfri le aborda por segunda vez y terminan acostándose. 

En el caso del brujo Stregobor, Geralt y él ya se conocían con anterioridad, aunque la historia de las muchachas malditas por el Sol Negro es la misma, igual que su propuesta de que Geralt mate a Renfri. Todo sucede de forma similar y a pesar de que Geralt sólo pretende salvar a los aldeanos, la violencia de sus actos le granjea el ominoso apodo que le acompañará a partir de ese momento. Por cierto, resulta realmente espléndido disfrutar del combate del brujo contra los esbirros de Renfri y ella misma. 

La estrige maldita 

El corregidor Velerad de Wyzima le explica a Geralt la historia de la estrige. De la misma manera que en la serie, el rey Foltest se acostó con su hermana Adda, que dio a luz a una estrige que lleva años aterrorizando a la población. La resolución del capítulo tiene lugar de forma similar a la novela; quizás debido a tener en mente la cinemática de los videojuegos, la batalla de Geralt con el monstruo queda un poco por debajo de las expectativas. Sin embargo, este episodio sirve para introducir a Triss Merigold (que en las novelas no aparece hasta La sangre de los elfos, tomo que inicia el arco argumental principal de la saga), un personaje que ha tenido bastante importancia en los videojuegos y cuya caracterización ha sido posiblemente la más discordante con el imaginario de los lectores/jugadores

Geralt va a Cintra 

Si bien en la serie The Witcher Geralt acude a Cintra con el objetivo de proteger a Jaskier de posibles maridos coléricos algo muy usual teniendo en cuenta el Don Juan que resulta ser el trovador- lo cierto es que en la novela las razones son algo distintas. Geralt acude a Cintra por el llamamiento expreso de la reina Calanthe (interpretada por la actriz Jodhi May, quien dio vida a Alice en El último mohicano). La reina pretende que el brujo se posicione en contra de una posible amenaza que podría tener lugar durante el transcurso de la fiesta. 

De la misma manera que se expone en la serie, Calanthe estaba interesada en firmar una alianza con Skellige a través del matrimonio de Pavetta con Crach Eich Reich -aunque finalmente tiene lugar de su propio matrimonio con Eist. Y si bien todo lo relativo al Erizo y a Pavetta es una representación fiel de los hechos, me es imposible no pensar en lo mal resuelto que está lo concerniente a los poderes de Pavetta con su estallido de poder. Eso sí, de nuevo la pelea previa no decepciona. 

Es aquí donde Geralt sella su propio destino al solicitar a Duni su Derecho de Sorpresa como pago por su apoyo durante la velada. Es en este momento cuando los destinos de Geralt y Ciri quedan sellados, aunque el devenir de los acontecimientos no se desarrolla hasta el final de La espada del destino y comienza realmente en el tomo La sangre de los elfos.

El brujo y Jaskier 

Tal y como se menciona en la novela, que también juega con las diferentes líneas temporales, Geralt y Jaskier se conocen en el Festival de Gulet, en el cuento corto titulado El confín del mundo. Todo el episodio de los aldeanos y del silván Torque sucede tal cual -incluido el lanzamiento de piedras-, si bien la resolución de la contienda con los elfos difiere bastante. Y es que en el libro, Geralt no consigue disuadir a los elfos para que no les maten, sino que hace acto de aparición Lille, “la eterna”. Esta niña tiene un papel de sabia en la aldea y personifica a la Doncella de los Campos, figura de gran importancia a la que incluso los elfos respetan. 

Jaskier termina quedándose con el laúd élfico de Toruviel y, en la serie, nos regalan la preciosa canción “Toss a coin to the witcher”, uno de los momentos más hermosos de esta primera temporada. 

El último deseo 

El último deseo da nombre a la primera entrega de la saga de Geralt de Rivia y también al cuento más importante de este volumen. Su importancia radica en que une los destinos del propio Geralt y de Yennefer. Y no, por si os lo preguntábais, en la novela tampoco aparece el deseo que Geralt emite contra el djinn para salvar la vida de la hechicera. 

Condensar este cuento en un único capítulo de una hora no era tarea fácil; curiosamente, hacen un buen trabajo condensando los hechos, pero en mi opinión restan importancia al tramo final apostando por un tono más ligero de la relación entre Geralt y Yennefer. En la serie, tras la batalla contra el djinn, Geralt y Yennefer se acuestan por primera vez en una escena que busca una complicidad cómica. Por su parte, el libro enfoca este acto como una manera de sellar sus destinos y el amor que les acompaña -y separa- constantemente en futuros acontecimientos, tal y como vemos intuimos en la serie gracias al capítulo de la búsqueda del dragón (cuento perteneciente a La espada del destino).

La historia del djinn es, por otra parte, bastante similar al libro. Geralt y Jaskier sí estaban pescando cuando se topan con djinn -aunque el encuentro es fortuito, puesto que Geralt en ningún caso lo estaba buscando-. Chireadan, el elfo enamorado de Yennefer, es quien le aconseja que busque a la hechicera para que ayude al agónico Jaskier. El encuentro entre ambos es, probablemente, donde se encuentren las mayores diferencias. El juego entre Geralt y Yennefer, repleto de tensión sexual, es mucho más evidente en los libros. Y sí, Yennefer quería que alguien le llevase zumo de manzana, aunque se encontraba tumbada en la cama cuando Geralt se lo ofrece, y no orquestando una bacanal.

Otras diferencias en The Witcher 

Existen diversos guiños y referencias a otros hechos acontecidos en las novelas que son dignos de ser mencionados. Un ejemplo de ello es el jugueteo del mago Stregobor con una manzana roja cuando le está explicando a Geralt la historia de las niñas nacidas durante el Sol Negro. A Andrzej Sapkowski le gusta introducir referencias de otras historias en sus novelas, algunas tan conocidas como Rapunzel, La bella y la bestia, La princesa y el guisante… y Blancanieves y los siete enanitos. La manzana roja alude a la historia de la propia Renfri, una princesa a la que trataron de matar a través de un cazador y que termina capitaneando una banda de 7 gnomos, parte que es omitida en la serie. 

Si bien no nos muestran el Santuario de Melitele, sí que se menciona; habrá que ver si en un futuro la serie nos presenta a su sacerdotisa, Nenneke. Es allí donde, originalmente, Geralt cura sus graves heridas tras el episodio de la estrige. En The Witcher también aparecen ciertos retazos del pasado de Geralt, forzado a convertirse en brujo desde muy pequeño. La parte en que explica, entre delirios, a su fantasmal madre los atroces experimentos a los que fue sometido para su transformación están extraídos de sus charlas -monólogo más bien- con una de las adeptas al culto de Melitele, Iola, con quien Geralt se desahoga en uno de los capítulos de El último deseo. También se extrae parte de esto de una conversación que el brujo mantiene con Calanthe en La espada del destino.  

Sobre The Witcher y su primera temporada 

Primero de todo, he de decir que adaptar un libro como El último deseo y fijar las líneas argumentales del resto de la saga, no era una tarea nada fácil. La guionista Lauren Schmidt ha hecho un espléndido trabajo de adaptación, manteniéndose muy fiel a la historia y jugando con las líneas temporales para que todo converja finalmente en el último episodio. Entre los puntos fuertes de The Witcher se encuentran el respeto por la obra adaptada, un Geralt de Rivia mimético al que muchos teníamos en la cabeza -espectacular el trabajo de Henry Cavill- y unas escenas de pelea maravillosamente coreografiadas. A todo ello hay que sumarle el gran potencial que se avista en la serie, siempre y cuando sepan llevar correctamente el material que tienen entre manos. 

Sin embargo, también existen sombras considerables en esta primera temporada, especialmente a medida que los capítulos avanzan. La serie es tan fiel a muchos de los hechos de la primera novela que se encorseta en demasía, impidiendo que la serie fluya de una forma más orgánica. La trama se sucede de forma muy irregular, dando lugar a la sensación de que muchos eventos suceden de forma anecdótica, como simples complementos al arco troncal, sin entidad propia.

El problema de presentar tan pronto a Cirilla (Freya Allan) es haberse de inventar toda una trama para ella hasta su encuentro final con Geralt -que en las novelas no tiene lugar hasta el último cuento de La espada del destino-. Mientras Geralt acepta su destino, Ciri deambula por diferentes situaciones no demasiado bien planteadas, sin más objetivo que marear la perdiz hasta el encuentro final. Originalmente, Ciri pasaba bastante más tiempo en el bosque de Brokilón, a diferencia de lo que sucede en la serie, donde su presencia resulta casi anecdótica. En un capítulo de la novela La Espada del destino, Geralt irrumpe en Brokilón para una misión del rey Venzlav de Brugge, y allí conoce a Ciri. Primero, la rechaza -incluso a pesar de la advertencia de Myszowor sobre fallarle al destino- y más tarde se reencuentran de forma similar a como sucede en la serie. 

Luego está otro gran problema: Yennefer (Anya Chalotra). Que hayan desarrollado su pasado no me parece una mala idea -en los libros, de ella no se sabe mucho más que fue una jorobada y que estuvo en Aretusa-, pero su personalidad no termina de encajar con la plasmada en las novelas. Yennefer es fría, a menudo cruel, y su relación con Geralt es, por decirlo suavemente, complicada. En las novelas resulta más arrogante y segura de su atractivo y habilidades, mientras que aquí es una versión suavizada, algo que puede crear una mayor empatía con el espectador pero que resta parte del encanto de un personaje que hay que aprender a querer a medida que transcurren los acontecimientos

No diré nada respecto al vestuario y efectos especiales, algo que ya ha sido objeto de mofa en las redes sociales. Para mí, precisamente, estos aspectos no me han supuesto un problema en ningún momento; será porque soy la clase de personas que ve con simpatía a los RAG de La princesa prometida. Sí me molesta, en cambio, el desarrollo de los dos episodios finales, demasiado errático y poco focalizado a lograr conectar con los hechos plasmados. 

La batalla del monte de Sodden llega en un momento en que tenemos conocimientos muy reducidos de la logia y de sus componentes -y Triss sigue pareciendo una extraña a pesar de su importancia-. Esto, sumado a un panorama político que, intuyo, debe resultar bastante enrevesado para los que no han leído las novelas, desemboca en un hecho de gran importancia pobremente tratado por lo poco que nos importa. Si a ello le añadimos a un Geralt totalmente fuera de combate con importancia 0 en este capítulo hasta su encuentro con Ciri, y a una Cirilla harta de vagabundear, nos encontramos en un final de temporada bastante más descafeinado de lo esperado.

Habrá que ver el rumbo que la serie toma en la siguiente temporada, ya establecidas las bases. Mi esperanza es que la serie sea menos errática y tome un arco argumental más consistente y menos casual; las aventuras de Geralt dan para ello y para mucho más. Para mí, esta temporada no ha estado nada mal dada la dificultad de la empresa, pero tiene muchos aspectos a pulir de cara a próximas temporadas. Hasta entonces, podéis saciar vuestra curiosidad leyendo la magnífica saga de Andrzej Sapkowski, una gran muestra de literatura fantástica bien escrita que resulta apasionantemente entretenida. 

Noemí Escribano

Comunicadora Audiovisual, lectora voraz y procrastinadora nata.

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