Submarine – oleadas de amor adolescente

Submarine

Suena una canción, dos, tres, de los Arctic Monkeys. No es de mis grupos predilectos pero su música tiene la extraña capacidad de teletransporte a un estado de ánimo muy “teen” en el mejor sentido de la palabra. Como si los sentimientos fueran algo a estrenar y no estuvieran desgastados de tanto usarlos; como si te sintieras uno de los protagonistas de Submarine.

Oliver Tate (Craig Roberts) es un adolescente que sueña despierto sobre una vida en la que sus compañeros lloran su muerte, sus padres se quieren como el primer día y la chica del abrigo rojo se fija en él. Cuando finalmente Jordana parece mostrar interés, Oliver descubrirá que obtener lo que uno desea no es tan fácil de mantener.

Submarine: amor indie

Submarine es uno de esos films en el que todos sus componentes parecen gritar “cine indie”. Las ensoñaciones, las diatribas e incluso el vestuario parece abocado a llamar la atención de una generación millennial, esa que ha encontrado en autores como Wes Anderson una identificación no exenta de cierta excentricidad. A pesar de ello, en Submarine no hallamos tantas estridencias, lo que facilita detectar ciertos ecos personales en las actitudes de Oliver y Jordana (una carismática Yasmin Paige). Ninguno de los dos es perfecto, como tampoco lo son los padres de Oliver, que afrontan de formas muy distintas el evidente decaimiento de su vida conyugal, algo que produce una crisis en su hijo.

Submarine

Jordana, particularmente, es un personaje con el que resulta difícil conectar. Su actitud resulta irritante y volátil, así como manipuladora y contradictoria; incluso cuando sus razonamientos son acertados es inevitable convertirlos en armas arrojadizas dado su comportamiento usual. Oliver, aun partiendo de un personaje algo más agradecido, dista mucho de ser un modelo de conducta: su unión con Jordana constituye una herramienta para sentirse mejor consigo mismo y sus reacciones son sumamente inmaduras. Resumiendo: ambos son adolescentes con toda una existencia por delante de la cual aprender, dando sus primeros -y torpes- pasos ya no sólo en el mundo de las relaciones amorosas, sino de la vida misma.

Edad eterna

Que no dejamos de ser adolescentes torpes -aunque con cierto margen de mejora- es algo que vemos representado en los padres de Oliver: él (Noah Taylor) con un pragmatismo rayano a la indiferencia, ella (Sally Hawkins) frustrada por los caminos tomados y por la juventud perdida.

Submarine tiene algunos flashes que resultan memorables en medio de un discurso que resulta algo tibio durante buena parte del metraje. En una época en que todo son estallidos de alegría y de tristeza, grandes dramas y momentos para recordar, la narrativa escogida por Richard Ayoade rezuma una melancolía falta del brío que suponen las sacudidas de los primeros amores. Con nosotros se queda, eso sí, el vaivén de un abrigo carmesí y el recuerdo idealizado de unos años que parecen durar eternamente.

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Ficha Submarine Filmaffinity

Trailer Submarine

https://www.youtube.com/watch?v=IjaC6d_nWoU

Noemí Escribano

Comunicadora Audiovisual, lectora voraz y procrastinadora nata.

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