‘Elizabeth Harvest’ – tras la sombra de Barbazul

Elizabeth Harvest

Seguimos con la cosecha del Festival de Sitges 2018 y nunca mejor dicho, porque en este caso ha tocado el visionado de Elizabeth harvest. Un filme cuya estela es más de misterio que de terror, y que cuenta con algunos recursos para hacer de su historia un cuento inquietante y absorbente a partes iguales.

Elizabeth (Abbey Lee) es una joven que se acaba de casar y se traslada a la casa de su adinerado marido (Ciarán Hinds). Si bien todo parece ser un cuento de hadas, Elizabeth pronto descubrirá que su nuevo hogar esconde más secretos de los que esperaba... 

Elizabeth Harvest, la octava mujer de Barbazul

A los pocos minutos de empezar, y sin saber gran cosa de la película, ya se puede adivinar que Elizabeth Harvest tiene como punto de origen la historia del temible Barbazul. Aunque veremos que la inspiración de la película es bastante libre, la historia original trata sobre un hombre que asesina sus mujeres y colecciona sus cadáveres a modo de macabro recordatorio. Sin embargo, el filme de Sebastian Gutierrez tiene multitud de giros – la mayoría en forma de flashbacks- que hacen que la historia varíe del cuento original. La intención aquí es jugar al despiste con un espectador al que se le presenta una obra más cercana al suspense.

Elizabeth Harvest

Mordiendo la manzana

Desde un principio, vemos como Elizabeth se siente cohibida ante su marido, un hombre culto y rico. Lo mismo le sucede ante el servicio de la casa, escaso pero siempre vigilante -¿alguien dijo Rebeca? . La lujosa casa se revela como un mecanismo fascinante -e hipermoderno- donde guardar secretos y no dejarlos salir. No podía faltar el cuarto prohibido, que ejerce una atracción irresistible capaz de opacar la exuberancia del resto de estancias. Y es que el cuento original de Perrault no deja de ser una reformulación de la historia de Eva y el pecado original. La mujer es débil y cede a la curiosidad; Elizabeth quiere saber qué hay tras la puerta y no considera las consecuencias. Y hasta aquí podemos leer.

Elizabeth Harvest me parece un filme con muchas virtudes. Conserva una atmósfera elegante sin llegar a ser opresiva; la fotografía está muy bien cuidada y pone de manifiesto cómo la sofisticación puede llegar a parecer sórdida. A través de la mirada inocente de Elizabeth -hipnótica Abbey Lee, se crea una presencia cándida y erótica que reniega de su función de títere. El guión va completando el puzzle, aunque a veces peca de querer enrevesarse de más. La reiteración y el abuso de la estética visual distraen el interés, aunque querrás llegar al final de Elizabeth Harvest para saber qué se esconde en la habitación prohibida.

Ficha de Elizabeth Harvest Filmaffinity

Trailer de Elizabeth Harvest

Noemí Escribano

Comunicadora Audiovisual, lectora voraz y procrastinadora nata.

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