10 cosas que hacer en Barcelona

Cuando viajamos es normal querer visitar todos los puntos turísticos de un lugar, e incluso fotografiarlo absolutamente todo. Para los residentes, actuar como un guiri es una práctica que se ve con indulgencia, al menos hasta el momento en que te toca a ti ser extranjero en otra tierra y maravillarte por la arquitectura local.

Por esa razón, y porque tendemos a no valorar los tesoros de nuestro lugar de residencia, me he decidido a componer una serie de posts sobre cosas que hacer en Barcelona. Una guía totalmente aleatoria sobre puntos turísticos y propuestas de ocio de mis imprescindibles -he acumulado unos cuantos- a la hora de visitar la ciudad Condal y exprimirla al máximo. Endavant!

Pasar por debajo del “pont del Bisbe”

En pleno barrio Gótico de Barcelona no hace falta alzar la vista para ver el curioso puente que atraviesa la calle del Bisbe (obispo). Y a pesar que de antiguo no tiene nada (la construcción data de principios del siglo XX) lo cierto es que queda integrado perfectamente en esta parte de la ciudad -buena parte de ella algo tramposa, pues algunos de sus edificios principales son de origen neogótico y no gótico, como la propia fachada de la catedral de Barcelona-. Eso sí, os encantará recorrer sus callejones estrechos y desembocar en pequeños rincones de la ciudad…

Encontrar la plaza Sant Felip Neri

Escondida entre callejones, es fácil pasar por alto la plaza Sant Felip Neri, que merece mucho la pena visitar. Erigida sobre el antiguo cementerio medieval de Montuïc del Obispo, en las paredes de la iglesia homónima todavía se pueden contemplar con nitidez los agujeros provocados por la metralla de una bomba lanzada durante la Guerra Civil.

Dirige tus pasos a Santa María del Mar

Enclavada en una pequeña plaza se erige la iglesia de Santa María del Mar, una basílica construida en el siglo XIV. No os dejéis engañar por el aspecto robusto del exterior, ya que la visión del interior de la basílica merece la visita. La construcción fue el centro de la popular novela de Ildefonso Falcones, La catedral del mar, de la que también existe una adaptación en forma de serie de televisión. No os perdáis la visión del Fossar de les Moreres, situado justo al lado de la iglesia.

Pasear por el Maremagnum al atardecer

El centro comercial Maremagnum está situado en el Moll de la Fusta, y se puede acceder tanto por un puente -levadizo para dejar paso a los barcos- como desde la Barceloneta. Hace unos años, el centro comercial se centraba en el ocio nocturno, pero una remodelación reciente la ha convertido en un centro de ocio familiar y de compras.

Especialmente recomendable es el paseo desde el puente, cuyas vistas del atardecer y del teleférico os dejarán una de las postales más típicas de la ciudad. Como apunte, decir que el Maremagnum está abierto los 365 días del año, de modo que se puede visitar un domingo y relajarse disfrutando de algunas compras o comiendo en uno de los muchos restaurantes de la terraza del edificio.

Las Ramblas y su dragón

Las Ramblas es, probablemente, la arteria más célebre de Barcelona. Se dice que los barceloneses evitan siempre que pueden recorrer esta calle -siempre está rebosante de gente- pero lo cierto es que a mí me encanta pasear por allí en dirección al mar. Las numerosas paraditas han desvirtuado parte del encanto de esta vía, pero uno no puede irse de la ciudad Condal sin visitarla. Eso sí, cuidado con los carteristas, siempre pendientes de los turistas despistados.

A lo largo del recorrido podréis encontrar un dragón en una de las fachadas, el Museo de la Erótica -y su Marilyn saludando a los viandante-, el Museo de cera y el Museo Marítimo. Sin olvidar, por supuesto, con la famosa fuente de Canaletas, lugar de celebración de los aficionados del Fútbol Club Barcelona. Se dice que quien bebe de sus aguas siempre regresa a Barcelona, así que no está de más echar un trago de la fuente.

Esta vía está rebosante de vida tanto por el día como por la noche, ya que algunas de las calles de la parte más cercana a Drassanes cuentan con diversos locales de ocio nocturno, especialmente la calle Nou de la Rambla, que enlaza con el Paralelo.

Subir al Castillo de Montjuïc

Otro de los clásicos de la ciudad es emprender el ascenso hasta el famoso castillo de Montjuïc. Se puede subir a pie sin dificultad, pero también se puede tomar uno de los autobuses que suben desde Plaza España. Entre las actividades que se celebran en el castillo, recomendaría las noches de cine al aire libre que se realizan durante el verano, una experiencia que merece la pena para disfrutar del cine en un entorno diferente.

Históricamente, el castillo es una fortaleza militar donde han tenido lugar, entre otros, diversos episodios trágicos de la historia, como el bombardeo a la ciudad en 1842 o el fusilamiento de presos republicanos y catalanistas durante la época franquista.

Perderse por el Laberinto de Horta

Clásico de la ciudad para una pequeña excursión. El jardín más antiguo de la ciudad incluye el famoso laberinto de Horta, que no entraña dificultad, pero sí mucho encanto. El palacio Desvalls o la torre Subirana son otros de los atractivos de esta zona verde de Barcelona. Los miércoles y los domingos la entrada es gratuita y para llegar se puede tomar la línea 3 de metro (estación Mundet) o uno de los autobuses disponibles. Detalle cinéfilo: los que hayan visto la película El perfume reconocerán el escenario por una de las escenas del filme.

Recorrer la Calle Tallers

Una de las calles con más encanto del centro de la ciudad es la calle Tallers, a la que se puede acceder o bien desde Plaza Universidad o desde las mismas Ramblas. Lejos de sus orígenes como calle repleta de burdeles, hoy en día representa uno de los epicentros de la juventud gracias a sus comercios, facultades cercanas y locales de ocio. Hay muchas tiendas de ropa para los que prefieren la moda más underground, y aunque los famosos Discos Castelló ya no existen, sí que encontraréis diversas tiendas de música e instrumentos. Para refrescarse, nunca viene de más una cerveza en la popular Ovella Negra, situada en una de las calles adyacentes.

Relajarse en el Parc de la Ciutadella

Barcelona no está muy sobrada de espacios verdes, y hay que reconocer que el parque de la Ciutadella no es muy boyante; aún así, merece la pena pasear por la zona y relajarse disfrutando del sol o dando un pequeño paseo en barca por el estanque. Aquí alerta con los carteristas; estarán muy pendientes de los móviles y bolsas dejadas sin vigilancia en el césped.

Hacerle mil fotos a la fachada de la Casa Batlló

El turismo en Barcelona no está completo sin pararse a contemplar la célebre casa Batlló, cuya fachada es objetivo de centenares de personas cada día. Situada en el Paseo de Gracia, esta construcción es obra del arquitecto Antoni Gaudí, representante del modernismo catalán y autor de la mayor joya arquitectónica -e inacabada- de la ciudad, la Sagrada Familia. El nombre del edificio proviene de Josep Batlló, un adinerado poseedor de varias fábricas téxtiles de la ciudad, que estaba casado con Amàlia Godó (de los Condes de Godó, editores del diario La Vanguardia). No os quedéis con la fachada y entrad en el edificio; la visita y la subida merecen la pena.

Hasta las primeras 10 cosas que hacer en Barcelona; en el siguiente post seguiremos descubriendo muchos otros lugares que merece la pena visitar de nuestra visita a la ciudad Condal.