‘Un monstruo viene a verme’ – ni malos ni buenos
Vengo de ver la última película de J.A. Bayona, un director que nos ha dado grandes alegrías anteriores propuestas: El Orfanato, una historia familiar de terror muy old school, y Lo imposible, cuyo tramo inicial recrea de forma maestra el efecto devastador de un tsunami. Con Un monstruo viene a verme, el director vuelve a ponernos el corazón en un puño abordando el drama desde una perspectiva fantástica.
Mi reticencia inicial antes de ver el film no tenía otra base que la de cierta pereza ante productos evidentemente lacrimógenos. No hace falta ser un genio para intuir que Un monstruo viene a verme es un dramón, y lo es empleándose a fondo. Los temas por los que transita la cinta van más allá de una madre enferma, explorando problemas como el bullying o el abandono. Es por esa razón que afronté el visionado con cierto recelo, si bien finalmente la película no carga tanto las tintas como podría haberse esperado.
El sueño de la tristeza produce monstruos
En realidad, la cuestión sería plantearse cómo han logrado dosificar el drama en Un monstruo viene a verme dada la cantidad de elementos depresivos que incluye. Un niño solitario con una madre muy enferma (Felicity Jones), y que además padece bullying en el colegio. Visto lo visto, es todo un logro que Bayona no abuse o lleve al límite esta premisa hasta el punto de resultar molesta o irritante -algo en lo que muchos filmes, debo decir, fracasan terriblemente-.
Un monstruo viene a verme no es un paseo por el parque pero también implica hermosura y cierta empatía melancólica. Las fábulas que cuenta el árbol son presentadas de una forma maravillosa entre imágenes que se funden unas con otras; un puro placer visual que, además, sirve para ir planteando todos aquellos problemas que atormentan a Connor, el protagonista. El diseño del monstruo que da nombre a la película es realmente espectacular, pero también lo son los diferentes dibujos y bocetos que aparecen a lo largo del filme y que crean una atmósfera cohesionado y particular.
El monstruo recurrente
También hay que hablar del casting, todo un acierto; parece que Bayona tiene un especial tino eligiendo niños que puedan llevar el peso protagonista, siempre dramático, pero sin resultar irritantes y sabiendo conmover. De las tres películas que ha dirigido, ésta era la vez que el papel infantil era el protagonista, y lo cierto es que el actor Lewis MacDougall lo lleva estupendamente, algo totalmente imprescindible en esta cinta. También a destacar una estupenda Sigourney Weaver con un personaje que bascula entre la presencia férrea y la fragilidad de una situación límite.
¿Es Un monstruo viene a verme una obra maestra, como han dicho algunos? Para mí, desde luego, no. Es una buena película sobre un tema muy delicado, tratado desde un prisma fantástico que resulta alegórico y conmovedor, con buenas interpretaciones y un ritmo ágil dentro de la «tranquilidad» de la trama.
Sin embargo el film adolece de algunos puntos débiles, como el tema del bullying (no parece que Connor sea un marginado, más bien que un compañero suyo tiene una extraña fascinación por él) o el de la familia paterna (muy desdibujada y algo incomprensible). De haber ahondado más en algunos aspectos habría ganado puntos, pero aun así éste es un monstruo que debes visitar al menos una vez.
Para ver si…
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- Te van los dramas bien cimentados abordados desde una perspectiva fantástica.
- Te gusta El laberinto del fauno, que resulta mucho más completa e imaginativa, pero con algunos puntos en común.
La escena
La pesadilla de Connor, ya con el monstruo.
Ficha Un monstruo viene a verme Filmaffinity
Trailer Un monstruo viene a verme