‘The prodigy’ – el dulce rostro del mal
Cada vez hay más películas en que las mujeres aparecen como personajes fuertes y dispuestos a presentar batalla en detrimento de sus compañeros masculinos. Entrar a formar parte rankings donde la mujer deja de ser el florero que necesita ser constantemente salvado es motivo de alegría. Sin embargo, resulta que el caramelo llega envenenado: dame una trama que incluya a un crío problemático y casi siempre encontraremos a una madre luchadora. El contrapunto lo asumirá el padre, con un rol descreído y pasivo. Os adelanto que The Prodigy no constituye la excepción a la regla.
En fin, el cine dicta que la maternidad nos hace guerreras, protectoras de cachorros como profesión. Evidentemente hay filmes que prefieren brindar un equilibrio entre padres y madres, pero The Prodigy opta por abrazar el estereotipo. Y lo peor no es eso, sino su falta evidente de inspiración a la hora de ofrecer algo original. Lo siento por ti, espectador, si tenías ganas de ver algo nuevo: en The Prodigy darás un gran rodeo pero los caminos que transitarás ya los conoces de sobra.
Algo pasa con Miles
Sarah (Taylor Schilling) siente como su preocupación crece día tras día al notar que su hijo Miles (Jackson Robert Scott) muestra un comportamiento cada vez más extraño. Desde pequeño, el niño ha demostrado una gran inteligencia, pero últimamente sus acciones resultan claramente perturbadoras…
En términos de congruencia, sabemos que el cine de terror no el más representativo, ni falta que le hace. El punto de partida de The Prodigy se sitúa en un nacimiento y una muerte simultáneas, un montaje que deja clara la idea sobre la cual se basarán los siguientes acontecimientos. Hasta ahí, bien. Sin embargo, pronto vemos que Nicholas McCarthy no sólo emplea un argumento manido en su mayor parte, sino que su forma de explicarlo pasa por todo un filtro de influencias que no se sienten como tales, sino más bien como déjà vus continuos para cualquier espectador que sea más o menos habitual del género.
Generando tensión
Dejando de lado que el susto más efectivo -y no más original, puesto que ya vimos algo similar con Mario Bava- es destripado en el tráiler de la cinta, lo cierto es que The Prodigy lograr gestionar bastante bien la tensión, aunque en ningún caso resulta terrorífica. El problema casi siempre podemos encontrarlo en la resolución de dichas situaciones, de ejecución elegante y de resolución burda, con el clásico golpe de sonido -muy práctico para despertar a los que pierden la batalla contra Morfeo-.
Viniendo de joyas del terror recientes como Hereditary, maestras en componer escenas de horror sin efectismos innecesarios, es una lástima comprobar que el género tiende a caer en un piloto automático que no favorece a su renovación e inventiva.
Lugares comunes
En The Prodigy asistimos a toda la galería de tópicos del género: podemos hacer “check” en la secuencia tensa del pasillo, la escena de hipnotismo y la del descenso al sótano… y no sigo para no hacer spoilers. Es curioso que, aunque la película suponga un gigantesco cliché de género que no aporte absolutamente nada nuevo, funcione bastante mejor como drama psicológico sobre la maternidad y sobre el vínculo afectivo que se establece entre madres e hijos.
Ojalá The Prodigy hubiera decidido explorar más la vía psicológica de la relación entre Sarah y Miles, ahondando en algunos aspectos que se intuyen sin ir más allá. En vez de ello, el filme se conforma con ofrecer un producto de terror poco efectivo, en el que sus aspectos más interesantes quedan diluidos hasta un desenlace que eleva brevemente una película caída sin remedio.
The Prodigy es como si metieras en una batidora Muñeco diabólico y El buen hijo y lo sirvieras como producto light. Descafeinadísima producción que resulta poco estimulante a efectos de terror y donde sólo destaca el conflicto de una madre (convincente Taylor Schilling) viendo el monstruo en que se ha convertido su hijo. Por cierto, Jackson Robert Scott (Miles) tendría que parar de interpretar a críos inquietantes (Georgie en IT) si quiere tener una adolescencia y madurez saludables.
Ficha The Prodigy Filmaffinity
Trailer The Prodigy