Bohemian rhapsody – a kind of magic
Cuando se trata de enumerar bandas míticas de la historia de la música, Queen es una de las que no falla en prácticamente ninguna lista. Es difícil que haya alguien que no se sepa alguna de las canciones del grupo, ya sea por devoción propia o por su inclusión en las listas de las emisoras de radio y en las bandas sonoras de cine y televisión. Si a la calidad indiscutible de muchos de sus temas le sumamos su carácter constantemente innovador y a un performancer tan carismático como Freddie Mercury, tenemos la receta perfecta para una película. Bohemia Rhapsody es un biopic musical que, a pesar de caer sin remedio en los inquebrantables tópicos del subgénero, lograr recrear un homenaje a la gran banda de rock que se siente sincero y que hará las delicias de los fans.
En Bohemian Rhapsody seguimos los pasos de Farrokh Bulsara (Rami Malek), un joven extravagante y con grandes inquietudes por la música que un día consigue unirse a la banda Smile cuando ésta pierde a su cantante. A partir de ahí comienza el ascenso meteórico de la banda, ya rebautizada como Queen, y de su cantante, el también renombrado Freddie Mercury, corazón de la banda y rey de las polémicas. Descubrimos su primer amor y la exploración de su sexualidad, al tiempo que somos partícipes de la increíble capacidad vocal que daría lugar a himnos como Somebody to love o Another one bites de dust. Sus éxitos y sus excesos son el marco a través del cual conocemos a la banda y su papel en la historia de la música de finales del siglo pasado.
Vida y obra de Queen
Reconozco que vi Bohemian Rhapsody con algunas suspicacias, las mismas a las que me enfrento cada vez que me dispongo a visionar un biopic -o, en este caso, la historia de un grupo de música tan conocido como es Queen-. Y es que tampoco en esta ocasión la fórmula varía, de forma similar a como sucede con la también reciente Ha nacido una estrella, aunque le reconozco a la película sus muchísimas virtudes.
La primera de ellas es el excelente tratamiento de las dinámicas entre los miembros de la banda: su evolución y formas de interactuar se sienten naturales y coherentes, a tono con las luchas de egos y el sentimiento de formar parte de una familia, algo que se ve claramente en la magnífica escena del proceso creativo del tema Bohemian Rhapsody. Supongo que aquí hay que agradecer la participación de Brian May y Roger Taylor, integrantes de Queen y productores de la cinta, quienes se encargaron de dar algunos consejos tanto a los actores que les interpretan como al resto de actores.
No voy a entrar en polémicas sobre qué se ha obviado de la vida de Mercury: soy consciente de que hay discrepancias, aunque sólo sea en sus inicios en el mundo de la música -algo más complejos de lo que nos hacen creer en la cinta- y también de que hay cierta superficialidad a la hora de abordar el personaje de su carismático frontman.
Hay que tener claro que en Bohemian Rhapsody han optado por un enfoque centrado en la evolución de la banda y no sólo en Freddie Mercury, algo que equilibra la película pero también hace que resulte algo superficial en algunas partes. Sin embargo, esto también aporta una buena dimensión de la importancia que tuvieron todos los miembros de la banda en la obra de Queen, haciendo justicia con todos ellos y no sólo con la figura legendaria de Mercury.
Convirtiéndose en Freddie Mercury
Además del buen tratamiento de la relación entre los miembros de Queen cabe resaltar -y esto resulta totalmente obvio- la mastodóntica interpretación de Rami Malek, gran culpable de que el film resulte memorable. El actor logra una encarnación del personaje totalmente creíble y vívida, hasta el punto de llegar a emocionarnos interpretando los temas de la banda.
Malek tuvo la ayuda de un coaching para lograr mimetizar muchos de los gestos de Mercury durante sus actuaciones, además de tener que llevar una prótesis dental que simulara las particulares bucales del cantante -tenía cuatro dientes de más, algo de lo que Freddie no se quiso operar jamás para no alterar su registro vocal-.
Para el olvido queda el encorsetamiento del guión en la relación entre Freddie y Mary, además del inevitable surtido de tópicos referentes a su caída y resurgir antes del famoso concierto Live Aid. Dejemos claro ya mismo que el desenlace de la cinta, con la recreación íntegra del concierto de Queen en Wembley hará estremecerse tanto a los fans como a los no fans de la banda. A una servidora se le caían las lágrimas con la mimetización final de Malek, sus gestos, sus interacciones con la banda y con el público. Sólo por esos quince minutos merece la pena disfrutar de Bohemian Rhapsody, y mejor en pantalla grande.
A nivel general, la película de Bryan Singer se disfruta y no se hace larga a pesar de sus dos horas y cuarto de duración. Sabemos que los premios Oscar son algo totalmente desvalorizado a efectos de calidad y representación cinematográficas, pero si existiera algo de justicia Rami Malek tendría asegurada su nominación por convertirse en Freddie Mercury, si bien el resto del reparto que encarna a Queen también hace un trabajo excelente. Es fácil que Bohemian Rhapsody os haga cantar y que también os toque el corazón y eso, señoras y señoras, bien vale para que se quede en una de las mejores experiencias cinematográficas que he vivido en lo que va de año.
Ficha Bohemian Rhapsody Filmaffinity
Trailer Bohemian Rhapsody