Tierra firme – donde nos lleve la corriente
Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir… Jorge Manrique expresaba con esta célebre frase una de las metáforas más repetidas que hay -pero no por ello menos efectivas-. Quién más y quien menos, a lo largo de su vida, pasa por tramos más estables y más movidos, por algunos que nos permiten detenernos y por otros que nos impulsan a tomar carrerilla. El final siempre es el mismo, independientemente de las creencias (o no creencias) a las que nos aferremos; en Tierra firme entramos en contacto con tres personajes capaces de hacer reconocibles rasgos de nosotros mismos en esa travesía que es la vida.
Eva (Oona Chaplin) y Kat (Natalia Tena) son una pareja que se quiere y que parece cómoda con su vida en una barcaza sobre las aguas de los canales londinenses. Sin embargo, Eva no es feliz: desea fervientemente ser madre, una idea que no hace ni pizca de gracia a Kat. La llegada de Roger (David Verdaguer), amigo de Kat, precipita la toma de una decisión que podría cambiar sus vidas para siempre.
Tierra firme es una propuesta que me ha conquistado por muchos motivos; más allá de su obvia metáfora sobre la vida y la crisis de los 30, convence su honestidad a la hora de plasmar las diferentes actitudes surgidas ante los momentos clave que aparecen cuando más plácida parece la existencia.
El film de Carlos Marques-Marcet goza de un trío protagonista en estado de gracia, con una complicidad y una naturalidad impecables a la hora de dar sentido a sus sentimientos y acciones: Eva, tan dulce como determinada, Kat, con su pose de mujer dura pero en realidad extremadamente vulnerable y Roger, un alivio cómico que va mucho más allá y que aporta entidad y peso a la historia. Los tres son vértices de la delicada relación que se establece en el momento en que deciden ser padres, hecho que saca a relucir diferentes sendas vitales haciendo que choquen entre ellos.
A medida que la barca fluye y se detiene por las frías corrientes del canal, sus personajes van deshojando sentimientos que dan pie a un reverso de sus personalidades, ya presentes desde el inicio pero que van ganando fuerza a medida que pasan las semanas. Eva gana en determinación, no sólo ante su deseo de ser madre sino a la hora de examinar con mirada crítica la relación que mantiene con Kat, que por su parte opta por la vía evasiva sólo para no quebrar el máximo deseo del amor de su vida. Y luego está Roger, que a pesar de sus líos de una noche se ve sorprendido por la -agradable- idea de convertirse en padre postizo.
Todos los personajes de este triángulo cometen errores, los mismos que cada uno de nosotros, como seres de carne y hueso, cometemos en nuestras vidas. La humanidad reflejada en estos tres seres tan diferentes es lo que hace tan atractiva la mirada honesta de Tierra Firme; si bien queda cierto poso de desaprovechamiento -la trama está tan concentrada en el tema de la maternidad que parece que se omiten otros temas de interés- el excelente trabajo del trío de actores así como el humor franco y efectivo que destilan los diálogos hace de esta sea una película muy recomendable para aquellos que disfrutan de los guiones sobre la vida y de las buenas actuaciones.
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Ficha Tierra Firme Filmaffinity
Trailer Tierra Firme