La casa de las miniaturas – jugando a los secretos
La casa de las miniaturas (The Miniaturist) es una miniserie de tres capítulos ambientada en el siglo XVII, basada en la novela homónima de Jessie Burton y adaptada por la BBC. Nella Oortman es una joven holandesa que, para poder pagar las deudas de su familia, es vendida por su madre a un rico comerciante llamado Johannes Brandt, a quién se da en matrimonio. La muchacha se traslada a un caserón de Ámsterdam en el que hasta los criados parecen guardar secretos y donde le espera la perturbadora presencia de una casa de miniaturas demasiado fiel a la realidad.
La miniserie, de apenas tres horas de duración, nos ha llegado este mes de febrero a manos de la plataforma Filmin; dirigida por Guillem Morales (Los ojos de Julia), la obra tiene como principal baza un reparto encabezado por la hasta ahora siempre efectiva Anna Taylor-Joy (La Bruja, Múltiple), quien nos brinda otra actuación matizada e hipnótica que constituye el principal punto de anclaje del espectador. Su Nella es una mujer curiosa y de buena voluntad que no se deja amilanar fácilmente por las circunstancias, a pesar de encontrarse totalmente fuera de lugar y entre extraños. También hay que destacar la presencia de Romola Garai (One Day, Expiación) encarnando a Marin, la piadosa hermana de Johannes, quien no le pone las cosas fáciles a Nella y que también guarda más de un secreto.
En esta primera temporada, La casa de las miniaturas funciona como una suerte de aperitivo para el espectador ávido; es cierto que se disfrutan sus intrigas caseras y, en su inicio, el misterio procedente de las miniaturas, pero también me ha parecido que su red de secretos y traiciones se queda algo corta para el potencial de su época (una Ámsterdam a años luz de convertirse en la liberal capital europea que hoy conocemos) y de sus personajes.
No he leído la novela en la que se basa, y por lo tanto desconozco la fidelidad con la que transcurren los hechos o si la trama se desenvuelve por otros derroteros. Me gustaría, eso sí, que tuviera lugar una segunda temporada, con un presupuesto mayor y cimentada en otros conflictos, donde se permitiera ampliar la galería de personajes y verlos desfilar por diferentes escenarios, ofreciéndonos el contexto de la capital holandesa. Y es que, si bien en La casa de las miniaturas se adivina una puesta en escena tan atractiva como sutil, lo cierto es que su ambientación queda prácticamente limitada a la casa y a las calles cercanas al taller de la misteriosa miniaturista, sin lugar a vislumbrar mucho más.
Buena apuesta de Filmin importando esta ficción, una pieza delicada e intrigante de la que espero que pueda elevar aún más el vuelo en una segunda temporada.
Ficha La Casa de las Miniaturas Filmaffinity
Trailer La Casa de las Miniaturas