El hombre elefante – el circo humano

El hombre elefante
El hombre elefante

David Lynch es uno de mis directores favoritos; me gusta revisitar sus películas cada cierto tiempo, porque siempre es fácil encontrar nuevos matices, detalles que anteriormente se te pasaron por alto, significados ocultos o, simplemente, significados que tú le quieras dar a sus obras.

Conocido por el componente surrealista y sus no siempre legibles films, El hombre elefante es, probablemente, una de sus piezas más «normales», carente de enigmas o de elementos ambiguos, aunque no por ello pierda un ápice de sus marcas de autor. Basada en hechos reales, la película nos cuenta la historia de un cirujano que decide hacerse cargo de John Merrick, conocido como «el hombre elefante» por sus graves deformaciones físicas. Lo que comienza como una relación basada en el puro interés, ya que el médico sólo quiere hacerse un nombre en su profesión, acaba con su sincera preocupación por un personaje de físico monstruoso pero de alma tierna y sensible.

«¡Soy un hombre!»

La principal premisa a saber de El hombre elefante es que, pese a que John (interpretado magistralmente por John Hurt) es un hombre brutalmente lacrado por su físico y por las penalidades que le han tocado sufrir, es quien mejor representa el espíritu de un ser puro, bondadoso y con amor por sus semejantes y por el arte. Los verdaderos monstruos de la función están representados por una sociedad que se regocija en el sufrimiento ajeno y que disfruta contemplando las penurias de alguien como John. Ellos forman el circo y el hombre elefante no es más que el público convertido en víctima, que no entiende la maldad del mundo ni de quienes hay en él pero a quien aún le queda hueco en su corazón para la compasión y la amabilidad.

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Fotograma de «El hombre elefante» – vía Filmaffinity

El personaje que encontraríamos en el punto medio, quizás el más cercano a la verdadera naturaleza humana, es Treves, el cirujano interpretado por Anthony Hopkins, quien empieza su relación con Merrick de forma interesada y termina sintiéndose en el deber de ayudarle, igual que todos aquellos que tras conocer a John empiezan a sentir verdaderos buenos sentimientos hacia él.

El hombre elefante es un film espléndido en muchos sentidos; su radiografía de una sociedad brutal, tanto en sus clases bajas deshumanizadas como en su jet set, que tan sólo se muestran ante John por las apariencias cuando éste se vuelve célebre. También, es imposible obviar su fotografía; el film fue rodado en blanco y negro y con esta decisión estética (la película es de 1980) no solamente se suplen ciertos aspectos que podrían resultar demasiado inverosímiles o grotescos relativos a la apariencia de John Merrick, sino que además aporta una textura visual y un juego de siluetas y sombras que sientan de maravilla a la película.

Aunque El hombre elefante sea algo menos «Lynch» que de costumbre, encontramos incuestionables marcas de la casa como la primera secuencia onírica, en la que asistimos al accidente que produjo la deformación de John en el vientre materno. La forma en que está rodada da a entender que contemplemos la violación de su madre por parte de unos elefantes salvajes, dando un nuevo significado al sobrenombre de «el hombre elefante». Detalles como hacer notar que los genitales de John estén intactos a pesar de sus múltiples malformaciones o la lujuria de los visitantes nocturnos, son pequeños apuntes a una vertiente más sexual de la historia.

En definitiva, El hombre elefante es una de esas películas que hay que visionar al menos una vez para disfrutar de buen cine en todos los sentidos. Es una historia hermosa y terrible a la par que emocionante, y consigue que, en cierta manera, echemos una mirada en nuestro interior para ver si somos capaces de encontrar esa chispa de bondad incondicional que nos haría ser capaces de amar a pesar de cuales fueran los acontecimientos que nos aguarda la vida.

Para ver si…

  • Quieres ver a un joven Anthony Hopkins y a un irreconocible John Hurt regalando una de las mejores aportaciones al cine de sus vidas.
  • Estás dispuesto a disfrutar de una historia hermosamente relatada, en la que la oscuridad y la luz se entrelazan para retratar la naturaleza humana.

La escena

John Merrick huye de una multitud y termina gritando con desesperación «¡Soy un hombre!».

Ficha El hombre elefante Filmaffinity

Trailer El hombre elefante 

Noemí Escribano

Comunicadora Audiovisual, lectora voraz y procrastinadora nata.

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