‘Con amor, Simón’ – love is Blue
Vivimos en una época de los extremos, de las obras maestras y de los bodrios infumables. Las redes sociales constituyen el mejor ejemplo de cómo los términos medios parecen haberse evaporado en nuestra sociedad. Y aunque muchos de nosotr@s tengamos una relación amor-odio con plataformas como Twitter o Instagram, lo cierto es que no hay mejor termómetro social que invertir un rato en estos espacios online. Precisamente, es en las redes donde movimientos como el Me too han resonado con fuerza, ya sea por una intencionalidad real o por el siempre efectivo método de seguir la corriente. Y el cine, como las redes, siempre ha sido un espejo de la sociedad, con sus avances y retrocesos. En estos tiempos cambiantes resulta especialmente esencial la aparición de una película como Con amor, Simon (Love, Simon).
Simon Spier (Nick Robinson) es un chico afortunado: tiene una buena relación con sus padres (Jennifer Garner y Josh Duhamel) y un grupo de amigos en el que confiar. Podría sentirse feliz si no fuera porque guarda un secreto. El mismo día en que un anónimo autodenominado “Blue” declara su homosexualidad en el blog del instituto, Simón entabla una relación online con él. Ninguno de los dos sabe quién es el otro, pero ambos se sienten libres por primera vez en la vida. Sin embargo, mantener en secreto esta relación no será tan sencillo como Simon había pensado…
Con amor, Simón: hacen falta más películas como ésta
Existe un amplio rango de factores a tener en cuenta a la hora de valorar una película. En el caso de Con amor, Simón, sería irresponsable obviar un aspecto capital como es el de la normalización de la homosexualidad. Y es que, a pesar de encontrarnos en el siglo XXI, aún no es raro hallar trazas de homofobia -mejor o peor disimulada- en el grueso de la sociedad. Por lo tanto, esta película, más allá de su valor cinematográfico, comprende una acción reivindicativa y con un impacto social necesario en los tiempos que vivimos.
El primer dato a colocar en el radar es que Com amor, Simon es la primera cinta de un gran estudio -20th Century Fox- en centrarse en un romance adolescente homosexual. Es imposible, pues, disociar el film de esta condición precursora, más en tiempos en que la demanda de visibilización y normalización del colectivo LGTB+ está más presente que nunca.
Amor adolescente
Teniendo este punto de partida en cuenta, está claro que la película de Greg Berlanti podría haber naufragado a efectos de obra de entretenimiento. En cuestión de filmes teen hemos tenido de todos los tipos posibles, la gran mayoría de ellos abordando de forma muy ligera -y a menudo poco interesante- los conflictos propios de la adolescencia. Película de adolescentes = película frívola es casa una norma, y los tópicos suelen inundar la pantalla.
El reto de Con amor, Simon era servir un film amable, que resultara cercano al gran público, pero que tampoco se abstuviera de abordar el conflicto de un joven gay por revelar su condición sexual. Hacía falta la suficiente dosis de ligereza y de corazón para hacer que la fórmula fuera efectiva, y hay que decir que el filme las cumple de forma muy satisfactoria.
En el film de Berlanti no hay grandes acontecimientos, al menos desde el punto de vista de la trama de película. Los eventos que tienen lugar son los que marcan la vida de forma personal e íntima. Los primeros amores, empezar a conocerse mejor, la toma de decisiones pre-adultez… Los filmes que tratan este periodo con el tino adecuado son los menos -con ejemplos recientes como Lady Bird-. Con amor Simon no renuncia a los tópicos propios del género -el director enrollado, el marginado colado por la chica popular- pero también trata con sensibilidad y acierto la confusión típica de esas edades.
Romanticismo en las aulas
Dentro del viaje de Simon por aceptarse a sí mismo hay verdaderas perlas en clave de humor, como por ejemplo la “salida del armario” de los heterosexuales-. Estos y otros momentos más reflexivos son de gran valor para poner sobre la mesa temas como la tolerancia y, en definitiva, cómo son nuestras relaciones con los demás en cuanto a percepción y aceptación.
De esta manera, Con amor, Simon entra a formar parte de la reciente hornada de obras que abordan con naturalidad y valentía inquietudes totalmente en boga, apelando por un cambio social necesario. Si bien es cierto que el filme tenía el terreno bien abonado –Por trece razones ha hecho mucho por la visibilidad de las problemáticas adolescentes- este nuevo adoquín en el camino se agradece y se aplaude a partes iguales.
Curiosidad: Con amor, Simon tiene otro punto de encuentro con Por trece razones; concretamente dos de sus actores (Leah (Katherine Langford) y Cal (Miles Heizer).
Ficha Con amor, Simon Filmaffinity
Trailer Con amor, Simon