El hijo – el reverso oscuro de Superman
¿Y si Superman hubiera sido malvado? La premisa, tan sencilla como efectiva, es el punto de partida de El hijo (Brightburn en su versión original). Tori y Kyle Breyer son una pareja deseosa de tener un niño, deseo se cumple de una forma nada convencional: una nave espacial con bebé incluido. Brandon crece siendo un niño cariñoso e inteligente, pero el paso a la pubertad albergará cambios terroríficos para la familia Breyer.
Todo queda en familia
A pesar de estar dirigida por David Yarovesky (The Hive), el nombre mencionado a la hora de promocionar esta gamberrada de terror en clave de superhéroes es James Gunn (Guardianes de la Galaxia), quien ejerce de productor. A los mandos del guión, Brian Gunn (su hermano) y Mark Gunn (su primo), quiénes han apostado por dar una vuelta de tuerca a la famosa historia de Superman dándole una perspectiva mucho más perversa.
Una vía susceptible de ser cada vez más explotada que ya nos ha dado alegrías fílmicas como Chronicle o la propia serie Misfits, donde sus superhéroes de estar por casa recibían un gran poder… a supuestos efectos de conllevar una gran responsabilidad.
El revival de los niños maléficos
Otra hornada que estamos experimentando en el cine de terror reciente es la de los niños con intenciones no demasiado honorables. Las circunstancias son claramente diferentes, pero no hace mucho vimos The Prodigy o incluso Cementerio de animales, donde el foco bascula hacia el horror perpetrado por niños.
En El hijo, Brandon experimenta una entrada a la adolescencia más convulsa de lo normal cuando sus orígenes extraterrestres hacen despertar en él un instinto de superioridad y violencia que tendrá consecuencias en su entorno. Y es que ¿qué te impide hacerte con el mundo cuando estás claramente a otro nivel?
Por suerte, El hijo no se detiene demasiado en el aspecto moral de las acciones de Brandon, sino que pasa directamente “a la fiesta”. Ya os digo que en esta película la hemoglobina hace un buen acto de presencia, con un desparpajo que raya la comicidad en determinadas situaciones. Todo un caramelo para los fans del gore bien dosificado; los más impresionables, es posible que apartéis la mirada en más de un momento.
Tenemos que hablar con Brandon
Uno de los aspectos destacables de El hijo son las dinámicas que se establecen entre Tori y Kyle, los sufridos padres. Elizabeth Banks (Los juegos del hambre) y David Denman (The Office) logran crear una buena química de pareja a la hora de enfrentarse a la supuesta etapa rebelde de su vástago, una frescura agradecida si la comparamos con la actitud más acartonada de otros padres de cine.
La naturalidad de sus reacciones se suma a la notable interpretación de Jackson A. Dunn como Brandon, capaz de imprimir ternura y maldad a partes iguales. Menos ideal es la vuelta al estereotipo de la madre que, ciega de amor, se empeña en la inocencia del pequeño, mientras que el padre comprende rápidamente -quizás demasiado- su naturaleza perturbadora.
Igual que algunos códigos clásicos y continuamente repetidos del género de terror están presentes en El hijo -el policía que “pasaba por allí”, los jump scares, etc.- los fans de los cómics verán -y disfrutarán- de sus claves en el filme. El nacimiento del héroe enmascarado y las primeras pautas del lore se ven gratamente plasmadas en su hora y media de duración. Afortunadamente también, el terror gana en perversidad y diversión a medida que avanza la cinta. Los sustos previsibles dan paso a un disfrute más enfocado en lo salvaje, donde lo importante es el cómo: y es que Brandon no deja de ser un niño aprendiendo a jugar con sus nuevos poderes.
El hijo hará pasar un buen rato a los fans del género que busquen diversión. Ni todo tiene por qué ser orfebrería cinematográfica al estilo Hereditary, ni todo tiene que ser un calco de lo anterior. Agradecemos las nuevas perspectivas y la huida de los encorsetamientos, y por eso El hijo es una grata apuesta mientras quedamos a la espera de las hypeadísimas IT parte 2 y Midsommar.
Ficha El hijo Filmaffinity
Tráiler El hijo