Jumanji: Bienvenidos a la jungla – a Alan Parrish le habría gustado
Remakes, readaptaciones, aproximaciones… estos y muchos otros términos se vuelven controvertidos, tanto cuando nos situamos en el terreno audiovisual como en el literario. Jumanji, el film de 1995 protagonizado por el malogrado Robin Williams, es una película de culto para mucha gente, entre la cual me incluyo. Fue una de las cintas que más veces revisioné de pequeña, por su maravillosa mezcla entre aventuras, drama y unos efectos especiales que, en el aquel momento, impresionaban bastante, aunque hoy estén más que envejecidos. Por eso, al igual que tantos otros, yo era muy pero que muy reticente al estreno de un film llamado Jumanji: Bienvenidos a la jungla.
El film arranca cuando cuatro adolescentes muy distintos entre ellos son confinados en la sala de castigo del instituto. El antiguo tablero de mesa ahora ha tomado la forma de un juego de cartucho que absorbe a los personajes; estos toman forma de avatares clásicos con distintas habilidades y puntos débiles. Si quieren salir de Jumanji, el grupo deberá unir fuerzas y luchar codo con codo, pese a sus diferencias.
No es un remake
El primer paso que debes dar para que te guste Jumanji: Bienvenidos… es prohibirte realizar comparaciones con la obra de 1995. La nostalgia no está permitida en este ejercicio de entretenimiento y diversión, aunque es cierto que el fan se verá recompensado con pequeñas alusiones a su predecesora, que sin duda consiguen arrancar una sonrisa en el espectador.
Si logras adoptar una actitud de “tabula rasa” ante el film de Jake Kasdan es mucho más fácil entrar en el juego y ver las virtudes de una película realizada con buen ritmo y un sentido del humor casi siempre efectivo, que no por resultar a menudo sumamente básico le resta comicidad al asunto. Se agradece un reparto de “avatares” capaces de reírse de si mismos: impagables las frases de The Rock en modo «alta intensidad» o los intentos de Karen Gillan por no resultar sexy (como si esta chica pudiera lograr tal cosa) o a un Jack Black que… hace de Jack Black, pero sus fans no pedirán nada más.
Una revisión para los nuevos tiempos
Entiendo que Jumanji: Bienvenidos…. haya batido récords de taquilla de Sony, más cuando su estreno se realizó en unas fechas tan hambrientas de comedias familiares como diciembre. Es un producto fantástico para pasar un buen rato sin más, al que agradacerle unas cuantas bromas lo suficientemente afortunadas como para salir satisfecho de su visionado. Repito: olvidad la película de 1995. Aquí no hallaréis a un personaje tan sumamente entrañable como Alan Parrish, ni a uno tan temible como Van Pelt (un Jonathan Hyde intimidante tanto como figura paterna como cazador despiadado). Tampoco nos identificaremos con los hermanos Judy y Peter ni nos emocionaremos un poco con su final.
En este Jumanji no hay la sensación de peligro que existía en la versión del 95, donde los personajes podían morir fácilmente frente a monos asesinos, plantas carnívoras y arañas gigantes. Lo que sí podemos encontrar es una acertada actualización que, a pesar de tomar un modelo ya desfasado como la consola de cartucho, nos adentra en un modo de narración con guiños al mundo de los videojuegos, donde las vidas disponibles y las habilidades juegan un papel vital para lograr ganar.
Jumanji siempre permanecerá en mi corazón, pero lo cierto es que esta nueva cinta, con la que sólo tiene en común los tambores, me lo hizo pasar bien. Y eso, a mí, ya me vale para jugar una partida.
PD: Jumanji (1995) tuvo otro gran efecto en mí; me descubrió Jethro Tull con apenas unos segundos de “Locomotive Breath”.
Ficha Jumanji: Bienvenidos a la jungla Filmaffinity
Trailer Jumanji: Bienvenidos a la jungla
[amazon_link asins=’B0792CMXTX’ template=’ProductCarousel’ store=’noems22-21′ marketplace=’ES’ link_id=’16a53b74-3e85-11e8-ba10-2b78fada372d’]