Edimburgo: qué hacer en 2 días (III)
Llegamos a la última parte de nuestro viaje a la capital escocesa. Si en el primer post os expliqué la visita a los Princes Street Gardens, Dean Village y Leith y en el segundo post nos adentramos en los callejones de Mary King’s Close y en el Cementerio de Greyfriars con un terrorífico tour nocturno, aquí descubriremos la otra parte imprescindible de Edimburgo. ¡Tocará subir unas cuantas cuestas! ¿Nos acompañas para saber qué más hacer durante un fin de semana en la capital escocesa?
Puesta en marcha y un imprevisto
La mañana del domingo nos preparamos para dejar el apartamento y, tras un buen desayuno en una cafetería de la zona, nos dirigimos al centro de la ciudad para dejar las maletas en un locker y así poder visitar cómodamente el Castillo de Edimburgo. Y aquí hay que decir que perdimos bastante tiempo, ya que tuvimos mala suerte (y mala previsión, todo hay que decirlo).
El locker abierto ese día se encontraba dentro de la estación de trenes de Waverley. Dos de nosotros llevábamos maletas, así que decidimos dejarlas allí -ya que, al haber dormido en un apartamento, no teníamos la posibilidad de dejarlas en recepción hasta la hora de ir al aeropuerto-. Con lo que no contamos era con la GIGANTESCA cola de turistas que pretendía hacer lo mismo que nosotros. Ni tampoco con el aviso, tras unos 20 minutos esperando, de que las plazas se estaban agotando… Así iniciamos el ascenso al Castillo de Edimburgo, confiando en poder dejar las maletas en algún locker de la edificación (spoiler: no hay lockers y no te dejan acceder al castillo con las maletas).
El ascenso al castillo desde Princes Street lleva entre 15 y 20 minutos. Finalmente llegamos a la Royal Mile, probablemente la calle más turística de Edimburgo, que recomendamos visitar con tranquilidad para disfrutar de todos sus rincones. Nosotros preferimos ver primero el castillo (¡por fin!).
Visitando el Castillo de Edimburgo
El castillo de Edimburgo se encuentra en el punto más alto de la colina de Castle Hill, de modo que desde allí se pueden contemplar unas bonitas vistas de la ciudad.
El castillo es uno de los puntos más visitados por los turistas y tienes que tener en cuenta que es bastante extenso. Si quieres verlo tranquilamente, incluyendo los museos que alberga, necesitarás varias horas para verlo en su totalidad.
Algunos de los puntos más destacados del Castillo de Edimburgo son la Capilla de Santa Margarita, la zona más antigua de la fortaleza y, a la vez, el edificio más antiguo de Edimburgo.
La zona de exposición con las Joyas de la corona (Los honores de Escocia) es otro punto de interés, ya que dentro se encuentra la llamada Piedra del destino, antiguo símbolo escocés sobre el que se coronaba a los reyes de la ciudad. Dentro del Castillo también se encuentran el Memorial Nacional de la Guerra de Escocia y las prisiones de guerra, dentro de las cuales se recrean las condiciones de vida de los antiguos prisioneros del castillo.
Finalmente, si disponéis de tiempo, también podéis visitar el Museo Nacional de la Guerra, bastante amplio y al que podréis dedicar una hora o más si queréis verlo con tranquilidad.
Royal Mile
Ahora sí, nos dedicamos a pasear tranquilamente por la Royal Mile. Esta calle comunica el castillo con el famoso Palacio de Holyroodhouse, que nosotros no pudimos ver por falta de tiempo pero cuya visita recomiendo. ¡Queda pendiente para nuestra próxima visita a Edimburgo!
A lo largo de esta calle hay varios puntos de interés muy interesantes que tener en cuenta. La parte de más arriba es la que conecta con el castillo, Castlehill y Castle Esplanade. Es la parte más antigua de la ciudad y su espacio abierto antiguamente se empleaba para la quema de brujas. A continuación está la zona denominada Lawnmarket, donde se encuentra el Banco de escocia… y una ingente cantidad de tiendas de regalo, ideales para adquirir algún souvenir de la ciudad. Sin duda, una de las cosa que hacer en Edimburgo si tienes tiempo para recrearte en los muchos comercios que explotan la vena más turística de la ciudad.
Un poco más abajo llegamos a la zona de High Street. Esta área es, probablemente, una de las más reconocibles de la Royal Mile, ya que se encuentra la famosa Catedral de St Giles, remodelada en diversas ocasiones desde su construcción sobre un antiguo santuario en el siglo IX.
Si sigues bajando, llegas a las zonas de Canongate -antiguo burgo independiente de la ciudad- y de Abbey Strand, tramo que conduce hasta el ya mencionado Palacio de Holyroodhouse.
Todo ello sin tener en cuenta decenas de callejones donde detenerse para disfrutar de la esencia medieval de la ciudad. La Royal Mile de noche también luce espléndida. Si puedes, aprovecha para dar un paseo nocturno y tener una visión menos abarrotada del turístico sitio.
Victoria Street
Junto a la Royal Mile, Victoria Street es la otra calle más famosa de Edimburgo. Caracterizada por tener dos niveles, esta preciosa calle es, sin duda, uno de los puntos más recomendables que visitar en la ciudad. La parte superior conecta directamente con la Royal Mile, mientras que la inferior destaca gracias a sus casas con fachadas de colores, creando una imagen muy distintiva. Y sí, se dice que ésta calle inspiró a J.K. Rowling para la creación del famoso callejón Diagon de la saga Harry Potter.
Vuelta a Greyfriars
Tras la visita a toda esta área tan icónica de Edimburgo teníamos un doble reto: visitar de nuevo el cementerio de Greyfriars y ver el atardecer desde Calton Hill. Y digo que era un reto, puesto que tras el problema con las maletas y toda la visita al castillo y a la Royal Mile nos quedaba muy poco tiempo para la puesta de sol.
Emprendimos el camino hasta el cementerio de Greyfriars para verlo, en esta ocasión, a plena luz del día. Queríamos examinar las tumbas con más detenimiento tras el tour de la noche anterior y así encontrar algunos de los nombres en los que J.K. Rowling se había basado para personajes de la saga.
Greyfriars no luce tan terrorífico a la luz del día; de hecho, el ambiente era bastante festivo, pues había varios tours sobre Harry Potter recorriendo el cementerio.
Atardecer en Calton Hill
Un poco a contrarreloj, iniciamos la ruta hacia Calton Hill, la colina famosa por ofrecer unas preciosas vistas de Edimburgo. Para llegar allí tuvimos que rehacer todo el camino, pasando por Princes Street e iniciando el ascenso. Por suerte, su emplazamiento no tiene pérdida, ya que se puede observar desde la mayoría de puntos de la ciudad.
Casi sin aliento, llegamos por fin a Calton Hill y debo decir que la carrera mereció la pena, puesto que llegamos justo con las últimas luces del día.
En la colina se puede ver también el Monumento Nacional de Escocia -una estructura inacabada por falta de fondos que rinde homenaje a los caídos en las Guerras Napoleónicas-. Allí también se encuentra el Observatorio de la ciudad y el Monumento a Nelson.
Tras recrearnos en las vistas y tomar unas cuantas fotos iniciamos el descenso de regreso al centro ciudad.
Cansados tras el largo fin de semana y habiendo agotado las últimas horas de luz del domingo, decidimos pasar la última hora antes de dirigirnos al aeropuerto con una buena pinta. Escogimos un pub cercano a Princes Street que nos gustó mucho, el Conan Doyle. Además de cervezas, podéis disfrutar de las algunas de las deliciosas sidras que tienen en la carta.
¡Y hasta aquí nuestro viaje a Edimburgo! Espero que estas crónicas fotográficas te hayan servido de utilidad para hacerte una idea sobre qué ver en Edimburgo durante 2 días. Nos vemos en el siguiente viaje ;).
Me encanta la entrada, siempre me gusta leer sobre mi ciudad adoptiva, y las fotos son geniales. ¡Que carisimo que se ha puesto el castillo! Imagino que si vienes de visita, no te lo puedes perder, pero a mi nunca me dijo nada – por dentro, por fuera es increible – merece más la pena el de Stirling, por ejemplo. Un tip sobre maletas, algunos hoteles permiten que dejes las maletas aunque no te alojes allí, por un precio, por ejemplo The Hub, delante de la estación de Haymarket (que además está en el camino del bus/tram al aeropuerto) Al menos antes lo permitía…
Gracias por el post!
Besos!
¡Gracias por pasarte y comentar Alicia! La verdad es que la visita al castillo, aunque me pareció interesante, no me pareció lo más destacado del viaje. Lo que más me gustó fueron los paseos por sus calles y callejones, realmente es una ciudad que se disfruta muchísimo paseando. El tip sobre las maletas es muy bueno, lo tendremos en cuenta para la próxima vez que vayamos porque… menuda odisea tuvimos xD. Y nos quedan muchas cosas pendientes, así que seguro que si tenemos la ocasión regresaremos 🙂