Arde Madrid – living la vida loca
Hace ya tiempo leí acerca de las correrías de la famosa actriz Ava Gardner en uno de esos libros de estrellas de Hollywood que capaces reforzar aún más el halo de los mitos. Que si sentía debilidad por los toreros, que si era una fiestera de cuidado, que si estaba enamorada de España… De la realidad a la leyenda hay un paso; en Arde Madrid, sus creadores han dado un paseo completo para reinterpretar las vivencias de la diva en la capital y, además, retratar con mucho humor la España de la época de Franco, oprimida y puritana, a través de un buen puñado de carismáticos personajes.
Ana Mari (Inma Cuesta) es una instructora de la Sección Femenina a la que le encargan la tarea de infiltrarse como criada en la casa de Ava Gardner (Debi Mazar) e informar sobre su posible colaboración con los comunistas. Para entrar a formar parte del servicio necesita de un marido ficticio, Manolo (Paco León), que hace las veces de chófer. De esta manera empieza su rutina plagada de fiestas y enredos donde son testigos del estilo de vida de la americana y del resto de personajes que la rodean.
Aposté por ver Arde Madrid sin dudarlo, igual que hago cada vez que veo el nombre Paco León asociado a la realización. Desde sus “Carminas” hasta “Kiki, el amor se hace”, León me parece uno de los nombres más interesantes del panorama patrio actual dada la irreverencia y frescura que aporta a sus obras. Si a esto le sumamos una trama que rescata a un personaje tan transgresor como el de Ava Gardner en un contexto tan gris como fue el franquismo en su etapa de apertura al mundo, los ingredientes para una buena comedia estaban servidos.
La serie está fotografiada en blanco y negro, una apuesta que le sienta de lujo a la producción, ya que acentúa el glamour de la propuesta para luego lanzarla de bruces contra la faceta más liberal y deslenguada del “animal más bello del mundo”, y que combina con un ambiente retrógrado al estilo de la época, donde el papel de la mujer respondía -supuestamente- al decoro y a la sumisión.
Si bien la trama de espionaje representa el pistoletazo de salida de la trama, en los ocho capítulos que componen esta primera temporada (Movistar + ya ha confirmado que habrá una segunda tanda) esto supone más bien un mcguffin, pues las intrigas viran en torno a los negocios turbios de Manolo, su tensión sexual con Ana Mari y los dramas de Pilar (Anna Castillo), otra criada de la casa y portadora de un “bombo” que ni buscaba ni desea.
Más allá de sus tramas, bastante ligeras y que poco o casi nada inciden en el periodo histórico que sirve de contexto, Arde Madrid brilla gracias a sus personajes y un guión desenfadado que funciona como gamberrada monocromática. Desde una excelente Inma Cuesta, perfecta en su papel de estricta “coja” pero que aprende a hacerse valer, hasta una despampanante Debi Mazar, que si bien no se parece en nada a la inigualable Ava Gardner sí es cierto que es capaz de imprimir sensualidad y un glamour decadente que le sienta muy bien a sus personaje. Además de los ya mencionados Paco León y Anna Castillo, también existen gloriosos gags a cargo de los vecinos argentinos, sufridores de las farras de la diva, así como por parte de un buen elenco de secundarios, con cameos incluidos.
Arde Madrid me ha parecido una de las series más refrescantes de la hornada de 2018, divertida y capaz de convertir el pudor de esos años en un arma de doble filo a favor de la reivindicación sexual de la mujer. A destacar también mencionaría sus geniales openings, imbuidos del lenguaje liberador y desmitificador que acompaña a cada uno de los capítulos.
Quedo con ganas de saber qué más le depara a una Ana Mari que ha experimentado una más que interesante evolución y que sube a los altares gracias a cierto discurso final que le espeta a Manolo, con sabor a los tiempos que nos acompañan actualmente. Para ella y todos los que la acompañan en esta disfrutable propuesta, sólo me queda esperar un to be continued.
Ficha Arde Madrid Filmaffinity
Trailer Arde Madrid