The Time of my Life – para incondicionales del cine ochentero
De forma diferente a la autora de The Time of my Life, nací a finales de los 80; muchas de las películas que me acompañaron las tardes de los fines de semana cuando niña eran, precisamente, de ésta época. Los Goonies fue, sin duda, una de las películas que más he visto en televisión (¡qué tiempos aquellos en los que utilizaba este medio para ver cine!) pero también crecí viendo Regreso al futuro, E.T. el extraterrestre, Los Cazafantasmas, Gremlins, Poltergeist, La historia interminable y Bitelchús, entre muchas otras.
A John Hughes lo descubrí bastante más mayorcita, y casi me alegro, pues le valoré más de veinteañera de lo que lo habría hecho en mi tierna infancia. También es cierto que vi “a destiempo” películas como La princesa prometida, la saga Star Wars o Willow, aunque me congratulo de haberlas disfrutado más allá de mi niñez. En su libro, Hadley Freeman cita muchas películas; muchas de ellas las he disfrutado en algún momento y otras tantas todavía no he tenido ocasión. En The Time of my life, la autora nos sumerge en un ensayo que trata con profundidad (y humor desenfadado) algunos de los temas recurrentes en las películas de esta década, y cómo los mensajes de muchas de ellas sirvieron para hacer mejor a toda una generación.
Este libro me ha provocado reacciones más bien contradictorias, sobre todo en algunas de sus aseveraciones sobre la calidad fílmica de otras películas por comparativa, aunque es cierto que su reflexión sobre los temas y tropos de los 80 se me ha hecho amena e interesante. No estoy de acuerdo en que el cine de esta década esté denostado, o se considere de calidad cuestionable: tal vez sea porque, justo ahora, estamos viviendo una especie de resurgir nostálgico en el que tanto parte del mundo del cine como de las series trata de revivir las señales de identidad de esta época.
Ha sido así como nos hemos topamos con obras que tratan de retratar una y otra vez el modelo (estadounidense e idílico) de la infancia ochentera, ya sea en series orientadas a lo paranormal (Stranger Things) como a lo terrorífico (IT) o en películas abiertamente gamberras (The Babysitter). Seguro que hay muchos más ejemplos, pero estos son los que se me han venido a la cabeza y yo no tengo (por desgracia) el tiempo para hacer un análisis sobre cómo el resurgir de los 80 parece haber sido diseñado para fascinar a miembros de la generación Z (que no han visto un casete en su vida).
El caso es que The Time of my Life me ha hecho recordar con cariño esas películas, replanteándome la forma que tenían dichos films de exponer hechos cotidianos y, sobre todo, hacerme reflexionar sobre qué sería inviable de estrenarse en la gran pantalla a día de hoy. He recordado la frontera incestuosa de Regreso al futuro y luego he hecho conexión directa con Juego de Tronos (pero… eso es HBO), o cómo mi mente pasó de puntillas por el aborto en Dirty Dancing (en contraposición con el modelo tan conservador de Juno). Y así una y otra vez…
No tengo ánimo de enzarzarme en largas discusiones sobre el papel de la mujer en el cine, pero es obvio que hoy en día, no estamos lo que se dice «bien». Lo que me ha sorprendido de verdad es que en los 80 el género femenino estuviera en una posición mejor (¡incluso disfrutaba del sexo sin un castigo deus ex machina a la vuelta de la esquina!). ¿Qué ha pasado? Éste y otros temas, como la representación de la amistad masculina (sin el inevitable complejo de Peter Pan) o la inserción de las minorías en papeles de mayor peso, dan que pensar.
Eso sí; que Hadley se pase casi un capítulo entero comentando lo mala y aburrida que es El Caballero Oscuro hace que me lata muy fuerte la arteria del cuello. También lanza otras perlas contra películas que tengo en alta consideración… pero son los gajes del oficio de enfrentarse a un ensayo. No estarás de acuerdo con todo lo que leas pero seguro que encuentras mucho sobre lo que pensar a medida que desgranas cada uno de los capítulos que lees.
Y me han dado ganas de volver a ver La chica de rosa, qué narices.