Ella
El punto de inflexión fueron sus ojos. Su clara expresividad contrastaba con el resto de su rostro, pálido y sin mácula, como recién cincelado. Los labios, entreabiertos, apenas dejaban entrever parte de la dentadura. Las cejas, perfectamente delineadas, enmarcaban sin asombro, pena o alegría el único rasgo que parecía albergar vida dentro de ese cuerpo. …