Primavera Sound 2017
La primera vez que asistí al Primavera Sound fue en 2012. No sabía muy bien de qué iba la cosa; la realidad era que una amiga y yo nos habíamos enterado que Franz Ferdinand venía a Barcelona, y daba la casualidad de que el escenario era ese festival de nombre tan florido como poco apropiado, ya que se acercaba más al verano. Tan despistadas íbamos que nos sorprendió que, llegando con algo más de una hora de antelación al escenario Primavera, no hubiera nadie más allí guardando el sitio. Nos pareció un chollo poder ver a Kapranos y a compañía tan cerca.
Como Jon Snow, no sabíamos nada.
Evidentemente, no había nadie más allí porque el resto estaban disfrutando de los otros muchos conciertos que ofrecía el festival. Eso lo aprendí en 2014, cuando por primera vez compré mi abono para vivir la experiencia completa en el Fórum. Como ninguno de mis amigos quería seguirme el juego festivalero, terminé montando un grupo en LastFM y en Facebook donde hacía un llamamiento a todas aquellas almas solitarias que no tenían nadie con quien ir al Primavera Sound. Pensé que así podría juntar un pequeño grupo y no asistir en solitario. Ahora mismo, en 2017, hay más de 150 personas en ese grupo; no somos muchos, pero son unas cuantas decenas más de las que en principio conté en reunir. Aquel primer Primavera de 2014 fue excepcional: por la novedad, por los grupos y por ir en compañía de desconocidos, todos muy distintos pero teniendo en común nuestro amor por la música.
Un festival por mi cuenta
La de este año ha sido mi cuarta experiencia con abono en el Primavera Sound. Tras ese primer año, decidí que los siguientes iría por mi cuenta; había empezado la fotografía de conciertos y, a pesar de que no disponía de acreditación para llevar mi cámara réflex al festival, lo cierto es que me había acostumbrado a mi propio ritmo. No quería depender de nadie ni estar sujeta a ninguna persona para ser libre de ver a los grupos que quisiera el tiempo que me apeteciera.
Lo cierto es que disfruto mucho esta forma de vivir los festivales, pero también resulta agotadora. Tras horas y horas se echa en falta la compañía, o la mera complicidad con alguien de estar inmersa en algo especial. Por esa y por otras razones, tenía claro que la de este año iba a ser mi última edición del Primavera Sound. Y digo tenía porque, a una semana de haberse terminado, sigo experimentando el mismo hype que viví el sábado, corriendo de un escenario a otro, ansiosa por ver nuevos grupos, tomando fotos con una desgastada compacta que no hace ninguna justicia ni a la interpretación musical ni a los artistas.
Quiero volver.
Así que, probablemente, el año que viene volveré a tener las mismas dudas y, también, probablemente las cortaré de raíz comprando mi abono. La cámara, eso sí, tendrá que ser otra: ésta y su mal funcionamiento han logrado que perdiera casi todas las fotos del sábado, el día más potente, una pequeña tragedia personal que se ve reflejada en la ausencia de fotos de varios grupos en esta pequeña crónica de lo que vi que viene a continuación, incluyendo la actuación de Van Morrison. Perdonad por el (largo) preludio, pero quien me conoce sabe que tiendo a irme por las ramas… y que el Primavera es mucho Primavera.
Soledad Vélez
Hacía mucho tiempo que quería ver a esta artista chilena y aunque me esperaba una actuación mucho más folk en la línea de sus anteriores trabajos, me gustó bastante su propuesta plagada de electrónica y más «sintética».
Mishima
A Mishima les había visto brevemente en la Sala Apolo, en uno de esos conciertos benéficos donde la actuación se reduce a un par de canciones. Esta vez sí, pude disfrutar de todo el magnetismo de la banda y de sus tonadas, de esas que se te quedan en la cabeza tras haberlas escuchado.
The Afgan Whigs
Dentro de mi (amplia) ignorancia musical, desconocía este grupo con bastante trayectoria. El breve intervalo que estuve presente en su actuación reconozco que, si bien el tipo de música que producen no es de mis favoritas, su directo estaba lleno de potencia y de técnica.
Aries
Por el Fórum paseas (y a veces hasta corres) para poder ver a los grupos que marcas en los horarios. Aunque a veces, simplemente, te limitas a asistir a una actuación que no habías previsto y te llevas sorpresas. No me esperaba encontrarme esta mezcla entre electrónica y voz dulce – un poco al estilo Nena Daconte -. Si bien las voces tan sumamente dulces me empalagan en demasía, lo cierto es que los ritmos que producía desde el escenario eran tremendamente «catchy».
Alexandra Savior
No sé por qué, al ver a Alexandra Savior pensé en el tipo de tonadas que un grupo como «She and Him» podrían tocar. Luego la escuché y vi que tras la dulzura había una música más dura y oscura, música de ideas claras, tan indie como delicada.
This is not this heat
No son un grupo nuevo y su solvencia encima del escenario lo denota. This is not this heat animaron a una audiencia masiva repartida entre uno de los escenarios mayores y el césped del Fórum gracias a su música, difícilmente clasificable para una forofa inexperta, pero que emana tintes punk y de rock progresivo.
Broken Social Scene
El escenario Ray Ban es grande, pero entre todos los componentes de esta súper banda pudieron llenarlo. Los canadienses Broken Social Scene aportaron el sabor más folk de la jornada gracias a sus canciones buenrollistas, al igual que la actitud de sus componentes.
Solange Knowles
Solange Knowles puede que comenzara como «la hermana de Beyoncé», pero lo cierto es que se ha labrado una reputación sólida en el mundo de la música en un estilo musical muy distinto al de B. El llamado neo soul llega a través de una propuesta elegante, donde la puesta en escena juega un papel muy importante. Coreografías suaves y juegos de luces para la atmósfera más envolvente de una gran estrella.
Slim Cessna’s Auto Club
Estética de América profunda y un directo de lo más carismático son los ingredientes de Slim Cessna’s Auto Club, otra propuesta muy interesante que no deja indiferente.
Belako
Belako fue una de las actuaciones que más me gustó de esta edición del Primavera Sound 2017. La banda de Euskadi convence con su directo y son bien merecidos sus premios a Mejor Artista Emergente de los Premios de la Música Independiente. Rock electrónico y fuerza sobre el escenario, la mezcla perfecta.
The Magnetic Fields
Una de las bandas que más ganas tenía de ver del Primavera. Su disco «69 love songs» tuvo temas que me enamoraron y aunque había escuchado por encima la nueva propuesta, «50 song memoir», lo cierto es que no fue nada comparable a un directo hipnotizante en el Auditori, donde Stephin Merritt, enclaustrado en su montaje sobre el escenario, se dedicaba a contar anécdotas de su vida antes de ir lanzando tema tras tema.
Grace Jones
La modelo, actriz, cantante y, en definitiva, diva Grace Jones me dejó anonadada con su actuación en el Primavera. Para empezar, desconocía esa actitud chispeante y descarada que logró encandilar desde el principio a los asistentes. Su energía, sus bailes, sus bromas, sus cambios de vestuario y su chorro de voz son uno de los mejores recuerdos que me llevo de esta edición. Eso y poder escuchar Libertango en directo. Strange…
Mi cuarto Primavera Sound se resume en estas fotografías; no son los únicos grupos que vi, pero la tarjeta de la cámara se estropeó y esto es lo que he podido rescatar. Disfruté enormemente la actuación de Junun featuring Shye Ben Tzur and The Rajasthan Express (no quedó nadie sin bailar), así como a los Surfin Bichos, a Pond y un trocito de los Arcade Fire.