Creo que hay dos maneras de vivir la experiencia -entiéndase como «experiencia» cualquier film que no me deja indiferente- que supone ver una película como Mandy, uno de los anunciados «despiporres» de esta última edición del Festival de Sitges. Una, desde la visión de alguien acostumbrado a los desvaríos cinematográficos (lo digo de una manera …