La fotografía de conciertos es difícil de describir. Su mecánica es “sencilla”; te colocas en el foso y tratas de inmortalizar lo que sucede en el escenario. Sin embargo, lo que sucede a nivel emocional es bastante más profundo. En este tipo de fotografía convergen diversas sensaciones sumadas al desafío implícito de lograr buenas tomas en condiciones fuera de confort. La combinación entre la música en directo, el calor del público y la tarea de capturar el encuadre perfecto no es para todo el mundo. En mi caso, pocas veces me he sentido más feliz profesionalmente que en los fosos de las salas de conciertos.
Sigo viviendo cada concierto como si fuera el primero, tratando de capturar la magia que tiene lugar en el escenario de la mejor forma posible. Ya sea como ALICE HUBERS -mi antiguo seudónimo para firmar las fotografías- o actualmente como Noemí Escribano, las imágenes que encontraréis en esta sección son una muestra de lo que mi cámara capta desde la distancia del foso. Bienvenidos a mi pequeño universo como fotógrafa de conciertos.
